CULTIVO
La temperatura media ideal para este grupo de plantas es de un mínimo de 16 grados a un máximo de 25-30 grados centígrados, ya que aunque algunas especies toleran hasta 10 grados, a estas temperaturas se detiene el crecimiento y, por tanto, la floración. En cuanto a la humedad, ésta siempre dependerá de la temperatura ambiental, siendo en el verano, cuando se alcanzan temperaturas superiores a 30 grados, la época en que se aumentará al máximo. Nos ayudará a ello el tener la maceta dentro de un recipiente en cuyo fondo se habrán puesto piedrecitas y agua u otros sistemas caseros de gran efectividad.
Las Bromeliáceas viven en muchos casos en zonas umbrosas, necesitando, por ello, menos luz que otras que viven en lugares más soleados o luminosos. De igual forma, las especies de hojas variegadas o coloreadas necesitarán siempre algo más de luz que aquellas de hojas verdes simplemente. En general, a pesar de lo dicho, no son plantas demasiado exigentes en luz. En lo referente al sustrato de la maceta, éste podrá ser cualquier compost poroso que tenga drenaje y aireación y, cosa importante, que sea ácido, ya que las Bromeliáceas gustan de un pH entre 4 y 6.
El riego debe ser escaso pero frecuente, sobre todo en.verano. Si la temperatura desciende hay que disminuir los mismos, llegando incluso a ser nulos si las temperaturas descienden por debajo de 12 grados. Con temperaturas de 20 - 25 °C es conveniente rociar las plantas de vez en cuando, pero a medida que descienden deben evitarse bajo riesgo de pudriciones. Un problema que se presenta con los riegos en ciertas localidades es la abundancia de cal en el agua, lo que aumenta el pH del sustrato con el consiguiente perjuicio para las plantas. En estos casos debe utilizarse agua de otro tipo como la procedente de lluvia, por ejemplo. Parte del riego debe hacerse en el embudo que forman las hojas, ya que es de esta forma como muchas de estas plantas toman el agua en la naturaleza, especialmente las epífitas.
Como las Bromeliáceas tienen un sistema radicular pequeño, aunque la parte aérea esté bastante desarrollada no se hace necesario el cambio de maceta, siendo incluso aconsejable en ciertos casos, como Ananas, si no queremo conseguir una planta de excesivo tamaño.
En las épocas de crecimiento foliar es beneficioso el aporte de un abono líquido en pequeñas dosis en el riego. Las plantas adultas normalmente florecen en primavera, pero comercialmente, mediante técnicas, es posible obtener por inducción la floración en cualquier época del año. Para ello se acude a la iluminación artificial suplementaria o al empleo de gas acetileno en agua en el embudo que forma la roseta de hojas. Modernamente se utilizan productos hormonales derivados de la hidracina o del ácido indolacético.
MULTIPLICACION
Aunque estas plantas normalmente no las solemos reproducir en casa, vamos a describir brevemente los métodos utilizados. Comercialmente se suelen reproducir por semillas, tarea que realizan generalmente firmas especializadas. Las semillas deben sembrarse pronto pues pierden el poder geminativo en unos meses. El sustrato de siembra debe estar esterilizado para evitar enfermedades criptogámicas, y puede ser turba o tierra de brezo. La temperatura ideal en este período de germinación es de unos 25 grados y la humedad del 80 %, siendo el tiempo necesario para la germinación el de una a cuatro semanas, según las especies. La época adecuada para realizar estas operaciones es la de finales de invierno a comienzos de la primavera. Posteriormente, cuando las plantitas tienen 2-3 hojas, se pasan a maceta, haciendo los oportunos cambios a medida que la planta crece.
Otro sistema de multiplicación quizás más asequible para el aficionado, es mediante brotes laterales o hijuelos que aparecen en la base de las plantas adultas después de la floración. Se cortan éstos cuando tengan suficiente tamaño y se pasan a maceta con cuidado en no dañar las raices. Es necesario humedad, calor de fondo y una temperatura ambiente de unos 25 grados.
PLAGAS Y ENFERMEDADES
Las principales plagas que puede presentar este grupo de plantas son los nemátodos, que se evitan con la desinfección del suelo, y las cochinillas (Gymnaspis, Diaspis), que deben combatirse con productos a base de Dimetoato o Fosdrín, por ejemplo. En cuanto a enfermedades, la más temida es la Fusariosis, producida por el hongo Fusarium bulbigenum principalmente. Este hongo se desarrolla interiormente, obstruyendo los vasos conductores. Son síntomas la pudrición del cuello de la planta y su muerte rápida. Los medios de lucha son preventivos, como las desinfecciones del suelo y las aplicaciones de fungicidas de síntesis durante el cultivo.
Copyright (2003) José Manuel Sánchez de Lorenzo Cáceres
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